LAZOS DE AMOR....

Si tenéis razón, hoy si que el título seguro que os recuerda alguna cosa, concretamente es el del libro de BRIAN WEISS.

Hace ya mucho tiempo, este libro cayo en mis manos, y cuando empecé a desojarlo y recibí toda la información acerca del karma o de las almas gemelas, fue una gran sorpresa para mí.

Pero como la mayoría de los libros, una vez ya han hecho su cometido se aparcan en una estantería, o ahora que somos todos más cibernéticos, le damos un delete a nuestro e-book.

Pero estaréis de acuerdo conmigo que nunca nada se pone en nuestro camino por casualidad, y hace unos días, como por arte de magia este libro que yo ya lo tenía aparcado, de nuevo se puso en mis manos, por lo tanto entendí que tenía que volver a leerlo y a disfrutar de su contenido.

Cada hoja que iba leyendo me producía una sensación inexplicable de como me sentía identificada con todo lo referente a nuestras vidas pasadas y por supuesto a los karmas.

No podía parar de leer, cuando lo dejaba por algún motivo, era como si me llamara para que lo siguiera leyendo, y llegó el momento de dejarlo puesto que la lectura se había terminado, pero os quiero decir que desde que lo he vuelto a leer, ya no está en la estantería, está en un sitio muy visible, para que lo pueda consultar y llenarme de esas cosas tan maravillosas que dice y que tanto bien me han hecho.

A continuación os voy a poner alguna de ellas para que también disfrutéis de estas maravillas.

El prólogo es el siguiente: 

El alma del hombre es como el agua.

Viene del cielo,

se eleva hacia el cielo

y vuelve despues a la tierra,

en un eterno ciclo.      Goethe

Y estas algunas de las frases que tanto me han impactado.

Hay alguien especial para cada uno de nosotros. A menudo, nos están destinados dos, tres y hasta cuatro seres. Pertenecen a distintas generaciones y viajan a través de los mares, del tiempo y de las inmensidades celestiales para encontrarse de nuevo con nosotros. 

Proceden del otro lado, del cielo. Su aspecto es diferente, pero nuestro corazón los reconoce, porque los ha amado en los desiertos de Egipto iluminados por la luna y en las antiguas llanuras de Mongolia.

Con ellos hemos cabalgado en remotos ejércitos de guerreros y convivido en las cuevas cubiertas de arena de la Antigüedad. 

Estamos unidos a ellos por los vínculos de la eternidad y nunca nos abandonarán.

Es posible que nuestra mente diga: «Yo no te conozco.» Pero el corazón sí le conoce.

Él o ella nos cogen de la mano por primera vez y el recuerdo de ese contacto trasciende el tiempo y sacude cada uno de los átomos de nuestro ser. 

Nos miran a los ojos y vemos a un alma gemela a través de los siglos.

Ali (Deportista)